Luz en el Sendero
Mabel Collins
21) Busca la flor que debe abrirse durante el silencio que sigue a la
tormenta y no antes.
La planta crecerá y se desarrollará, echará ramas y hojas y formará capullos,
en tanto que continúa la tempestad y el duro combate.
La planta crecerá y se desarrollará, echará ramas y hojas y formará capullos,
en tanto que continúa la tempestad y el duro combate.
Pero mientras la personalidad
toda del hombre no se haya disuelto y desvanecido; mientras que el divino fragmento que la
ha creado no la considere como mero instrumento de experimentación y experiencia;
mientras la naturaleza toda no esté vencida y se halle subyugada por su yo superior , no puede
abrirse la flor.
Entonces sobrevendrá una calma como la que en los países tropicales
sucede a una lluvia
torrencial, cuando la Naturaleza obra con tanta rapidez que puede verse
su acción.
Una calma semejante se difundirá sobre el espíritu fatigado.
Y en el silencio profundo, ocurrirá el misterioso suceso que probará que se ha encontrado el sendero.
Llámesela como se quiera, es una voz que habla donde no hay nadie que hable; es un mensajero que viene, mensajero sin forma ni sustancia, o bien es la flor del alma que se ha abierto.
No hay metáfora que pueda describirlo.
Pero se puede presentir, buscar y desear, aún en medio de la furia de la tempestad.
El silencio puede durar sólo un momento, o bien puede prolongarse un millar de años, pero tendrá fin. Sin embargo, en ti residirá su fuerza.
Una y otra vez tiene que darse y ganarse la batalla.
El reposo de la Naturaleza sólo puede ser un intervalo.
Estas reglas expuestas son las primeras que han sido escritas en los muros del Templo del Saber. Los que pidan, obtendrán.
Los que deseen aprender, aprenderán.
Una calma semejante se difundirá sobre el espíritu fatigado.
Y en el silencio profundo, ocurrirá el misterioso suceso que probará que se ha encontrado el sendero.
Llámesela como se quiera, es una voz que habla donde no hay nadie que hable; es un mensajero que viene, mensajero sin forma ni sustancia, o bien es la flor del alma que se ha abierto.
No hay metáfora que pueda describirlo.
Pero se puede presentir, buscar y desear, aún en medio de la furia de la tempestad.
El silencio puede durar sólo un momento, o bien puede prolongarse un millar de años, pero tendrá fin. Sin embargo, en ti residirá su fuerza.
Una y otra vez tiene que darse y ganarse la batalla.
El reposo de la Naturaleza sólo puede ser un intervalo.
Estas reglas expuestas son las primeras que han sido escritas en los muros del Templo del Saber. Los que pidan, obtendrán.
Los que deseen aprender, aprenderán.
LA PAZ SEA CONTIGO.
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