Interioridad AutoConsciencia

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@cris.morey

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EL DESPERTAR
Y LA VISION DE LA REALIDAD DESDE EL PLANO DEL ALMA

Y: No darle un nombre, porque los nombres nos llevan al sueño.
Pienso que si realmente existe una gran doctrina- entre comillas- es todo aquello que debe propiciar el despertar del ser humano.
Despertar es una palabra muy especial. No es lo que nosotros nos imaginamos.
Despertar es emerger de la consciencia vigílica que está hecha de pensamientos, emociones, y sedimentos físicos.
Es emerger de esa condición vigílica.
Todos hablamos de la plataforma del advenimiento.
Todos hablamos de cómo podría ser confiable el género humano para que se asiente en la Tierra un reino diferente, pues el hombre debe despertar. Hoy, vive el sueño de la vigilia porque en relación con ese estado supra-consciente, el estado vigílico es un estado de sueños.
Nosotros, cuando hablamos de sueños, únicamente entendemos el estado onírico como estado de sueño, porque únicamente lo comparamos con el estado vigílico.
¿Qué pasa cuando empieza a haber posibilidades superiores al estado vigílico?
Para esas posibilidades superiores, el estado vigílico comienza a ser un estado de sueño. Lo mismo que, para el estado vigílico, el estado onírico de sueños.
Se empiezan a dar el mismo tipo de síntomas, por lo tanto, el individuo se ve entrar en un estado de sueños cuando empieza a pensar, cuando empieza a articularse todo el mecanismo vigílico.
Por lo tanto, el emerger de esa condición es el despertar.
Es ahí cuando puede ser confiable el ser humano.
Si realmente quiere formar una plataforma diferente, una plataforma que sea realmente la base de un nuevo reino de la naturaleza, debe despertar a esa condición, debe emerger de su consciencia vigílica.
Toda la insanía del mundo, todo ese tema bastísimo del Apocalipsis únicamente puede ser resuelto por el despertar y no por ningún tipo de lógica humana, no por ningún tipo de acrobacia del pensamiento mismo, no por el deseo de un mundo mejor sino porque no haya deseos, porque no haya pensamientos. Es en esa tierra de nadie, ausente de pensamientos y emociones que puede producir el nuevo mundo y es eso lo que debemos aprender. Por eso debemos despertar.
Realmente, si hay una gran doctrina para el mundo es, la doctrina del despertar, que no se apoya en pensamiento alguno.
Lo más indicado , sobre todo en este momento, es la obsevación de la realidad desde el plano del alma.
No sé si podría haber un diálogo. Podría no haberlo.
De todas esas facultades superiores, pienso, que la más importante en este momento sería esa.
¿Cómo vería, la realidad, el alma misma?
¿Cómo se ve el entorno físico, las circunstancias de la vida, desde el plano del alma?
No desde le plano de la personalidad, no desde la mente, no desde la emoción. Desde el plano del alma.
De las facultades superiores, sería esa la salida.
No sé si podemos dialogar.
Hablamos de la realidad vista desde el plano del alma, ni siquiera desde la mente concreta, desde el alma. Por lo tanto, uno debe desligarse de todo aquello que la mente concreta estima, de la razón de la mente, para desembocar en la razón del alma, que es muy diferente.
La razón de la mente está relacionada con todo lo que uno ha vivido hoy. La razón del alma, con toda la experiencia milenaria.
Uno se ampara en ese conocimiento milenario, de allí la gran salida.
Pienso que eso es lo importante.
Y: ¿Cuál sería la realidad de todo eso? Fijate, la realidad, está más allá de toda presunción. Está dentro de lo que es.
¿Podría uno abdicar de toda esa razón concreta? No.
Si yo digo: Voy a vivir ahora en relación con eso que vive más allá de la mente misma, por lo tanto voy a abdicar de la razón ¿eso sería una realidad? No.
¿Cuál sería entonces la realidad?
Darme cuenta cuándo la razón se hace presente, comprender sus propias trampas y ese es el camino, no abdicar, no decir que la razón no me va a seducir jamás, porque lo va a hacer y vamos a caer muchas veces más pero, uno empieza a concientizar su propia caída, empieza a darse cuenta de todas las trampas que esa razón concreta nos tiende. Entonces, uno está ya, anticipado, alerta, con ese tipo de trampas entonces, puede que no sucumba. Debe darse cuenta.
P: ¿Siempre sucede eso de estar metido como en una trampa?
Y: ¡Cómo no! No siempre, pero muchísimas veces, sobre todo en el caso que estamos tratando de él. (Se refiere al caso de Huguito Kunis, un amigo muy grande de Yaco, quien era traductor de lo que Yaco explicaba y tenía un gran desarrollo intelectual=mente concreta).
El tiene una agudísima razón, muy punzante, muy sutil, pero, ¿por qué eso comienza a construir una especie de trampa?
Si eso, de alguna manera es una trampa, es porque hay algo superior a eso mismo, sino no sería una trampa, sería el hábitat común; sin embargo, aparentemente, ya no lo es, quiere decir que ya hay otra posibilidad, la de ver toda esa inmensa realidad pero, desde otro plano, ya no desde la mente concreta, ya no desde esa razón sino desde un plano superior.
Esa es la prueba, de ahí el origen de esa facultad, ver la realidad desde el plano del alma, el verse asistido por la consciencia del alma.
Pienso que es una gran prueba ¿cuál es la luz que está más allá de esa prueba?
P: Siempre está entonces, el temor a la duda.
Y: Eso va a estar por un tiempo, eso va a estar. Lo importante es darse cuenta cuándo esa mente concreta nos va tendiendo una trampa y poner toda nuestra estima ya en otra forma de percepción que viene del plano del alma. ¿Cómo hacerlo?
Darnos cuenta cuando eso ocurre.
Cuando nos damos cuenta, toda la seducción empieza a retroceder. Es una lucha lenta si se quiere, pero sumamente efectiva.
El pensar que podemos erradicar ese problema de una vez y para siempre y ahora, es una ilusión. Eso no es real. Darnos cuenta y no caer en su trampa. Algo nuevo debe prevalecer en nosotros... ¿qué es ese algo nuevo?
P: ¿Cómo se presenta?
Y: De mil maneras diferentes, para lo cual las razones de la mente son una tentación pero, las razones han vivido antes, sin embargo ahora empiezan constituir una tentación, una trampa. ¿Cómo darnos cuenta de eso? ¿Dónde está la trampa? ¿Dónde está la gran salida?
P: ¿De dónde surge la trampa?
Y: De todo aquello que hemos construido nosotros, de todo aquello con lo cual nos hemos apuntalado. Hoy hay que cambiar todo eso y eso no quiere verse cambiado, entonces, va a presentar todas sus batallas, todas sus trampas, toda su realidad, para que nosotros caigamos en lo mismo. Darnos cuenta del enemigo. Para vencer al enemigo hay que conocerlo. Si no lo conocés no podés vencerlo. Es eso. Debemos conocerlo.
P: Para ver esa trampa tiene que estar muy quieto.
Y: Es probable. Puede que no esté quieto y darse cuenta igual.
En el caso de él (habla de Hugo) hay otra cosa que, finalmente, puede llevar a un momento culminante - en el buen sentido de la palabra- ¿quién es el amo de la mente? Pienso que ahí puede estar la gran salida, llegar a descubrir a ese amo.
Vos fijate que, cuando muy grande es la dificultad, también muy grande la posibilidad. Siempre se dice que a agrandes alturas, grandes posibilidades, está todo muy relacionado.
P: ¿Es algo que se puede buscar?
Y: Darse cuenta, si está en contacto con el alma o no.
El caso que Huguito presentaba es la mente concreta trabajando en su propio plano, la gran salida es la mente concreta trabajando en relación con el alma misma, desembocando en la vida del alma. Permitir eso.
Y: Una visión total basada en la experiencia que el alma tiene, no en la experiencia que la persona tiene. Por un lado, recurrimos a la experiencia de tantos años de vida, por otro lado recurrimos a la experiencia de siglos de Existencia. Se va a presentar solo, se van a presentar las circunstancias por medio de las cuales podemos llegar a discernir eso.
Oportunidades no van a faltar, ya sea para que la mente pueda valerse de toda su esgrima o para que pueda darse la posibilidad del alma misma.
Oportunidades no van a faltar, además uno mismo las va a provocar. Nuestro propio interior quiere descongestionarse, por lo tanto, él mismo va a provocar las situaciones, él mismo, sin lugar a dudas.
... la elección no es real si no optamos por una cosa y dejamos la otra. Hemos establecido algo primero, pero algo vendrá después. Lo que uno puede llegar a modificar es la cualidad de ese después.
Un demasiado énfasis en la alegría nos dejaría la recompensa de ese opuesto, ¿cómo no atraer ese opuesto? No cediendo también, de esa manera, a la alegría misma ¿qué pasa cuando uno realiza eso? Automáticamente puede empezar a relacionarse con el origen. Ahí ya no viviría la alegría, ya no viviría el dolor tampoco ¿qué es lo que viviría? ¿Cómo poder acceder a eso?
P: ¿Es la consciencia del alma?
Y: Es más que la conciencia del alma. La única que puede discernir sobre esa dualidad es el alma misma, no la personalidad. O sea, lo más cercano que hay al ámbito de la unidad es el alma pero, el alma no vive en el ámbito de la unidad.
En el alma hay dualidad producto de todas las experiencias que ha tenido.
Yaco Albala

1 comentario:

  1. Gracias Ricardo por tu visita, Felicidad y Paz, un cálido abrazo.

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