Interioridad AutoConsciencia

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MENSAJE DE PASCUAS
(Del Dr. Nicoll en Birdlip 31 de marzo 1945, al Grupo en Quaremead, Ugley)


Pensaba venir para Pascuas y ahora veo que me es imposible. Han celebrado muy buenas reuniones que me han servido de estímulo tal como lo hizo el informe que recibí. Hablábamos hoy, en un lugar que todos conocen, sobre el sentido de la Pascua, sobre lo que significa este concreto símbolo de muerte y resurrección. Lo contemplábamos desde un nivel de fácil comprensión y no en los importantes términos implicados en el caso de Cristo. Pregunté: "¿Qué significa morir para algo muy pequeño y cómo podríamos comprender que a ello siempre sigue una resurrección?" Supongamos que alguien de un modo muy real no acompaña a un pensamiento negativo y a su resultante sentimiento, suponiendo que hace realmente ese sacrificio desde sí mismo, desde su propia voluntad, desde su propia comprensión, ¿no se producirá una resurrección? ¿Significa ello que la misma cosa va a volver a ocurrir otra vez en la misma forma? De seguro esto no sería resurrección sino recurrencia. La idea de resurrección es que la cantidad de fuerza que tendría que haber ido en esta cosa, y que fue sacrificada desde nuestra más honda voluntad, reaparece en una forma superior —esto es, en otro nivel— y empieza a crear otra forma de percepción interior, de comprensión, de sentimiento, de pensamiento, del mismo modo que un huevo puede convertirse en una cosa muy diferente, en un nivel totalmente diferente.
Ahora bien, no les estoy hablando sentimental o religiosamente sino prácticamente. La idea de sacrificio llena todo el esoterismo y está implícita en todo cuanto el Trabajo enseña. Pero el Trabajo menciona rara vez la palabra sacrificio, hablando en lugar de ello de transformación. Si renuncia sinceramente a algo esa cosa tiene posibilidades de transformarse.

Ahora bien, para hablar más llanamente, muchas veces recibimos huevos, pero nunca nos tomamos el trabajo de empollarlos y convertirlos en pollitos —de hecho, por lo general comemos nuestros huevos— es decir, nos identificamos. El huevo es un excelente símbolo de una vida nueva. G. acostumbraba llamar al Instituto de Francia una incubadora en donde nosotros éramos los huevos y los roces el calor que podía transformarnos. Desde luego, retrospectivamente, vemos que era así. Es evidente que todos esos roces, esas dificultades que sentíamos tan agudamente, eran los medios que nos hubieran podido transformar si tan sólo hubiésemos practicado el Trabajo, es decir, si sólo hubiéramos vivido el Trabajo y no hecho cuentas interiores y tampoco, nos hubiéramos identificado con nuestros estados interiores y, sobre todo, si nos hubiéramos recordado a nosotros mismos.
La Pascua no es algo que tiene lugar una vez al año sino algo que tiene lugar todos los días: la idea de no identificarse, o de morir para algunas reacciones mecánicas características, es una posibilidad cotidiana, y si se lo realiza espiritualmente en una especie de alegría, de resultas de ello la energía se transformará gradualmente y pasará a un nivel más alto que al cabo de un tiempo será una experiencia distinta. ¿Cómo llamarían a esta clase de esfuerzo de Trabajo, entropía creciente o entropía decreciente? ¿Están acumulando más energía o perdiendo energía si trabajan sobre sí? Todo lo que se hace mecánicamente, así como todo lo que sucede en el Universo, tiende a aumentar la entropía y a llevar eventualmente a una suerte de estancación, una suerte de igualación de todo. Pero cada esfuerzo de trabajo acrecienta la fuerza, como se puede ver plenamente en la Octava que se inicia en el Recuerdo de Sí, por lo cual se producen en nosotros energías superiores.
El sacrificio de Cristo se hizo para que la entropía decreciera en la humanidad. Hacer frente a un peligro físico puede considerarse como una entropía porque es un sacrificio de la vida física. Un hombre puede progresar bastante de este modo y luego llegar al punto en que tiene que disminuir la entropía de otro modo por otras clases de trabajo sobre sí. Toda clase de sacrificio mecánico, si se lo hace correctamente, conduce a una evolución, y del mismo modo que Napoleón escogió a sus mejores y más valientes generales para que fueran príncipes y gobernadores con el fin de prevenir el derrumbe de la sociedad después de la Revolución Francesa, en realidad escogía los tipos más sacrificiales en este nivel. Pero esto no es suficiente para la plena evolución del Hombre que tiene que seguir una senda definida marcada por etapas definidas —de hecho, un camino que tiene que ser recorrido por todos aquellos que buscan evolucionar internamente y así realizar el verdadero significado de la creación—. Del mismo modo que debemos recorrer mecánicamente etapas de desarrollo ordinario y llegar a ser Buenos Amos de Casa como punto de partida necesario. Pero en lo que concierne al desarrollo psicológico de que trata el Trabajo —que nos toma en el nivel del Buen Amo de Casa— es preciso tener un nuevo conocimiento y comenzar a esforzarse de una manera muy diferente. En el siguiente comentario podrán interiorizarse de lo que esto significa. Ahora me detendré, porque pienso escribir más extensamente sobre la entropía conectando la ciencia de Occidente con la sabiduría de Oriente, lo que constituye una de nuestras tareas. Pero antes les haré una pregunta: si siguen siempre la senda más fácil, si se dejan gobernar siempre por el placer, el amor de sí y la autocomplacencia, ¿no acrecentarán la entropía y se volverán cada vez más estancados y pesados y cada vez más difíciles y tediosos y exigentes y mezquinos? Es decir, llegarán a un estado en que sólo diferencias muy ligeras obran en ustedes, diferencias de potencial muy ligeras, y con el tiempo estarán en verdad completamente muertos psicológicamente. Pero si practican el morir gradualmente para las cosas en sí mismos llegarán a estar cada vez más vivos. Esto por cierto suena muy paradójico. Ahora bien, si tienen en vista un propósito y tratan de cumplirlo, aunque sólo sea por breve tiempo, ¿aumentará ello la energía disponible o potencial en ustedes? Si, lo hará, si son sinceros en sus esfuerzos, porque irán en contra de sus síes mecánicos en una dirección particular: harán el esfuerzo de Trabajo que otorga fuerza.
Tan sólo diré ahora que todo esto tiene que ver con la idea de la Pascua, con la idea del rito sacrificial, con la idea de matar algo que surge otra vez transformado, diferente de lo que era. Recuerden aquí las octavas ascendentes y recuerden las tríadas que terminan peor de lo que habían empezado y las tríadas que terminan mejor de lo que habían empezado. La próxima vez nos referiremos a ellas en conexión con la entropía.

1 comentario:

  1. Anónimo4/4/11 23:04

    Hola Cristina!
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    Luz y Amor, Estrella Viajera

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