Vimala
Thakar
El relato es de tipo autobiográfico, pero específico de una
etapa de la vida de Vimala; es el relato de la historia de la relación que se
desarrolló entre la autora y Jiddu Krishnamurti.
*
Asistimos a la charla.
Krishnamurti comenzó diciendo - "Los problemas actuales son creados por la
mente condicionada. Mientras la mente esté condicionada ningún problema humano
podrá ser resuelto.
Vuélvete hacia adentro y
averigua cómo funciona la mente. Qué es el proceso total de la conciencia; de
donde surgen las tendencias adquisitivas y separatistas.
Deja que la mente sea
liberada por el mismo proceso de descubrir cómo trabaja. Deja que la mente sea
desnudada de todas las nociones reconocibles conocidas. Entonces quizás la
mente descubrirá por si misma qué es la realidad; qué es la verdad; qué es
Dios.
La pregunta: "¿Cómo
hacer esto?", surge inmediatamente en vuestras mentes, porque están
acostumbrados a funcionar dentro de las huellas de métodos y técnicas.
Necesitan que se les dé un canal donde trabajar, se les debe dar un sistema.
Yo digo, ¿Porqué
introducen el cómo? ¿Porqué introducen el factor del tiempo? Ni bien el tiempo
entra, la memoria lo sigue. La memoria impide seguir pensando. La respuesta de
la memoria no es pensamiento, para poder pensar debes morir a toda experiencia.
A menos que mueras a cada
experiencia, no podrás vivir. Toda experiencia se vuelve un obstáculo. Se
interpone entre tu mente y la realidad.
O sea, deja que la mente
esté libre. Aquél cuya mente es libre, es verdaderamente religioso. El vive. El
es auténticamente revolucionario. El ha traído al mundo una revolución real. El
mundo no es más que una extensión y proyección del individuo.
De modo que debemos poner
todo el énfasis en esta revolución interna. Debemos comenzar con nosotros
mismos. Cuando ocurre esta revolución hay tranquilidad y paz.
No puede ser descrito.
Aquello que puede ser descrito, ya es conocido. Aquello que es conocido no es
real."
Vi que Krishnamurti era
una persona cuyas palabras eran el mismísimo aliento de su vida. Eran como
ondas de agua viviente. Eran la fragancia de una mente viva. Tenían el perfume
de la vida! Estaba extremadamente feliz y volví en gran silencio.
A la mañana siguiente fui
a ver a Krishnamurti. Esta vez tenía una pregunta en mi mente. No necesitaba
que nadie me persuadiera para verlo. Me hubiera encantado pasar unos minutos
con él, aún cuando no tuviera nada que preguntarle o consultarle.
Entré a su cuarto
sintiéndome un poco nerviosa. Este nerviosismo, que es debido a la inherente
timidez de mi naturaleza, no ha desaparecido hasta el día de hoy.
Me recibió con una suave
sonrisa. Nos sentamos para nuestra sesión. Sin preliminares, comencé
directamente una conversación.
V. La última vez que nos
vimos, le hice una pregunta. En vez de contestar a mi pregunta, usted me hizo
una cantidad de preguntas a mí. No pude entender la relación entre mi pregunta
y las suyas.
K. No pensó que yo era
inquisitivo!
V. Seguro que no!
K. ¿Porqué no lo preguntó
en ese momento?
V. No me llamó la
atención mientras estaba con usted. Me impresionó tan pronto como salí de la habitación.
K. ¿Porqué estuvo
perturbada por mis preguntas?
V. No estuve perturbada
en absoluto. Quería encontrar la relación entre ambas.
K. Es simple, permítame
explicarle. Deseaba conocer su trasfondo antes de responder a su pregunta. ¿Lo
ve?
V. Sí señor.
K. ¿Cuál es su reacción a
la charla de ayer?
V. Siento que la he
comprendido.
K. ¿Y la de esta mañana?
V. Bueno, en cuanto a la
charla de esta mañana, pienso que el pensar implica al tiempo. Pensar trae
consigo a la memoria. Ni bien se libera a la mente de la memoria, no es más
"mente"; ni pensamos en ese estado. Percibimos la verdad.
Experimentamos la verdad. Somos uno con ella.
K. Bien, llámelo
percepción si lo desea, pero es verdadero pensamiento. El verdadero pensar no
implica tiempo. Es ver. Puede necesitar tiempo para comunicarlo, para
expresarlo. Pero el pensamiento no está condicionado por el tiempo. Pensar no
es sumar y restar. No es aceptar y rechazar. No es juzgar y condenar. Es ver la
totalidad de la realidad, cuidado, no ver la realidad parte por parte y luego
juntar estas partes y llamarlo la verdad.
V. ¿Es que hay partes en
la realidad? Percibir significa ver la totalidad. ¿Cómo podemos verla por
partes? No es lógica, inductiva o deductiva. La realidad es una totalidad
indivisible, y experiencia significa darse cuenta de la identidad de uno mismo
con esa totalidad.
K. Si mi querida señora,
¡pero no tan rápido, por favor! ¡Vayamos despacio! Esa es la diferencia entre
las mentes de los grandes hombres, los visionarios, los artistas, y el hombre
común. Sólo los grandes ven la totalidad. Todo su accionar brota de ese centro
de identidad, y ello requiere completo abandono. Requiere simplicidad y
austeridad.
V. ¿Qué quiere usted
decir con austeridad?
K. No la concepción
tradicional de austeridad.
V. Eso puedo verlo. Pero
me gustaría saber el significado positivo de la austeridad.
K. Ser simple es ser
austero. Estar consciente de las propias limitaciones es austeridad. El
conocimiento es austero, ¿No es cierto? Así que por favor démonos cuenta que la
simplicidad, la austeridad y el completo abandono nos ayudan a ver la Realidad.
V. Y usted dice, señor,
que no hay un cómo para esto; ningún método; ningún sistema.
K. Así es, debe observar;
vigilar.
V. Pero la mente no se
detiene a vigilar solamente. Quiere analizar, distinguir, clasificar...
K. No, la mente sí se
detiene, si no está comprometida con algo. Solo deje que esté consciente y el
resto seguirá.
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