Interioridad AutoConsciencia

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Vimala Thakar

 

El relato es de tipo autobiográfico, pero específico de una etapa de la vida de Vimala; es el relato de la historia de la relación que se desarrolló entre la autora y Jiddu Krishnamurti.

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Asistimos a la charla. Krishnamurti comenzó diciendo - "Los problemas actuales son creados por la mente condicionada. Mientras la mente esté condicionada ningún problema humano podrá ser resuelto.

Vuélvete hacia adentro y averigua cómo funciona la mente. Qué es el proceso total de la conciencia; de donde surgen las tendencias adquisitivas y separatistas.

Deja que la mente sea liberada por el mismo proceso de descubrir cómo trabaja. Deja que la mente sea desnudada de todas las nociones reconocibles conocidas. Entonces quizás la mente descubrirá por si misma qué es la realidad; qué es la verdad; qué es Dios.

La pregunta: "¿Cómo hacer esto?", surge inmediatamente en vuestras mentes, porque están acostumbrados a funcionar dentro de las huellas de métodos y técnicas. Necesitan que se les dé un canal donde trabajar, se les debe dar un sistema.

Yo digo, ¿Porqué introducen el cómo? ¿Porqué introducen el factor del tiempo? Ni bien el tiempo entra, la memoria lo sigue. La memoria impide seguir pensando. La respuesta de la memoria no es pensamiento, para poder pensar debes morir a toda experiencia.

A menos que mueras a cada experiencia, no podrás vivir. Toda experiencia se vuelve un obstáculo. Se interpone entre tu mente y la realidad.

O sea, deja que la mente esté libre. Aquél cuya mente es libre, es verdaderamente religioso. El vive. El es auténticamente revolucionario. El ha traído al mundo una revolución real. El mundo no es más que una extensión y proyección del individuo.

De modo que debemos poner todo el énfasis en esta revolución interna. Debemos comenzar con nosotros mismos. Cuando ocurre esta revolución hay tranquilidad y paz.

No puede ser descrito. Aquello que puede ser descrito, ya es conocido. Aquello que es conocido no es real."

Vi que Krishnamurti era una persona cuyas palabras eran el mismísimo aliento de su vida. Eran como ondas de agua viviente. Eran la fragancia de una mente viva. Tenían el perfume de la vida! Estaba extremadamente feliz y volví en gran silencio.

A la mañana siguiente fui a ver a Krishnamurti. Esta vez tenía una pregunta en mi mente. No necesitaba que nadie me persuadiera para verlo. Me hubiera encantado pasar unos minutos con él, aún cuando no tuviera nada que preguntarle o consultarle.

Entré a su cuarto sintiéndome un poco nerviosa. Este nerviosismo, que es debido a la inherente timidez de mi naturaleza, no ha desaparecido hasta el día de hoy.

Me recibió con una suave sonrisa. Nos sentamos para nuestra sesión. Sin preliminares, comencé directamente una conversación.

V. La última vez que nos vimos, le hice una pregunta. En vez de contestar a mi pregunta, usted me hizo una cantidad de preguntas a mí. No pude entender la relación entre mi pregunta y las suyas.

K. No pensó que yo era inquisitivo!

V. Seguro que no!

K. ¿Porqué no lo preguntó en ese momento?

V. No me llamó la atención mientras estaba con usted. Me impresionó tan pronto como salí de la habitación.

K. ¿Porqué estuvo perturbada por mis preguntas?

V. No estuve perturbada en absoluto. Quería encontrar la relación entre ambas.

K. Es simple, permítame explicarle. Deseaba conocer su trasfondo antes de responder a su pregunta. ¿Lo ve?

V. Sí señor.

K. ¿Cuál es su reacción a la charla de ayer?

V. Siento que la he comprendido.

K. ¿Y la de esta mañana?

V. Bueno, en cuanto a la charla de esta mañana, pienso que el pensar implica al tiempo. Pensar trae consigo a la memoria. Ni bien se libera a la mente de la memoria, no es más "mente"; ni pensamos en ese estado. Percibimos la verdad. Experimentamos la verdad. Somos uno con ella.

K. Bien, llámelo percepción si lo desea, pero es verdadero pensamiento. El verdadero pensar no implica tiempo. Es ver. Puede necesitar tiempo para comunicarlo, para expresarlo. Pero el pensamiento no está condicionado por el tiempo. Pensar no es sumar y restar. No es aceptar y rechazar. No es juzgar y condenar. Es ver la totalidad de la realidad, cuidado, no ver la realidad parte por parte y luego juntar estas partes y llamarlo la verdad.

V. ¿Es que hay partes en la realidad? Percibir significa ver la totalidad. ¿Cómo podemos verla por partes? No es lógica, inductiva o deductiva. La realidad es una totalidad indivisible, y experiencia significa darse cuenta de la identidad de uno mismo con esa totalidad.

K. Si mi querida señora, ¡pero no tan rápido, por favor! ¡Vayamos despacio! Esa es la diferencia entre las mentes de los grandes hombres, los visionarios, los artistas, y el hombre común. Sólo los grandes ven la totalidad. Todo su accionar brota de ese centro de identidad, y ello requiere completo abandono. Requiere simplicidad y austeridad.

V. ¿Qué quiere usted decir con austeridad?

K. No la concepción tradicional de austeridad.

V. Eso puedo verlo. Pero me gustaría saber el significado positivo de la austeridad.

K. Ser simple es ser austero. Estar consciente de las propias limitaciones es austeridad. El conocimiento es austero, ¿No es cierto? Así que por favor démonos cuenta que la simplicidad, la austeridad y el completo abandono nos ayudan a ver la Realidad.

V. Y usted dice, señor, que no hay un cómo para esto; ningún método; ningún sistema.

K. Así es, debe observar; vigilar.

V. Pero la mente no se detiene a vigilar solamente. Quiere analizar, distinguir, clasificar...

K. No, la mente sí se detiene, si no está comprometida con algo. Solo deje que esté consciente y el resto seguirá.

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